José Sarrión Andaluz y Francisco Sierra Caballero, editores (2023). Adolfo Sánchez Vázquez: Filosofía, estética y política para una lectura marxista de nuestro tiempo. Barcelona: Editorial Tirant.
Este texto es un extracto de la presentación del libro que se realizó el 22 de agosto de 2023 en la Facultad de Filosofía y Letras, Universidad Nacional Autónoma de México (UNAM), en compañía de Diana Fuentes y José Sarrión.
Cuando supimos que ya circulaba en España este importante libro y que además se anunciaba su presentación en México, pensamos de inmediato que el lugar ideal era la Facultad de Filosofía y Letras de la UNAM, donde Sánchez Vázquez pasó la mayor parte de su vida. Aquí estuvo y sigue estando, como siempre, en estas aulas y pasillos, en su cubículo y en la cafetería conversando con sus alumnos hasta altas horas de la noche, porque para él sus clases nunca terminaban sino que continuaban fuera del aula. Venir a este lugar, para mí, significa, pues, reencontrarlo y seguir platicando como antes, como si nunca se hubiera ido. En esta facultad es donde su presencia se siente, mucho más que en otros lugares de esta ciudad inmensa. Por aquí sigue andando y sigue exigiendo libertad y justicia social.
La presentación de este libro en México significa un acontecimiento que no deja de ser importante no sólo porque demuestra el resurgimiento en España del interés por la obra de Adolfo Sánchez Vázquez, sino también porque se reconoce el fuerte impacto que ésta tiene en la transformación social y política de los países europeos y latinoamericanos.
Este libro plantea tres ejes temáticos: el arte y la estética; la política y la filosofía y, por último, la pedagogía. En el primero, los capítulos abordan la concepción de Adolfo Sánchez Vázquez sobre el arte y la estética, destacando la importancia de la praxis creadora y de la actualidad de su teoría de la recepción en el contexto de las nuevas tecnologías digitales: ¿cuál es el impacto de los videojuegos y del arte computarizado?, ¿pueden constituirse en tecnologías que permitan combinar la capacidad de reflexión con el goce estético? En el segundo, se destaca la praxis filosófica como categoría central para revitalizar la praxis política en el contexto actual de la globalización: ¿tiene actualidad la teoría de la praxis política en las nuevas condiciones de dominación?, ¿qué podemos hacer para enfrentar las nuevas formas de dominación basadas en algoritmos y la inteligencia artificial? Y, finalmente, en el tercer eje se analiza la pertinencia de la teoría de Sánchez Vázquez de la praxis educativa frente al paradigma de la educación neoliberal.
El texto es bastante ameno, muy alejado del academicismo y de la especulación filosófica. Contiene 22 trabajos, la mayoría de autores latinoamericanos. Los editores José Sarrión Andaluz y Francisco Sierra Caballero tuvieron buen cuidado de no caer en una visión eurocéntrica. Se nota que conocen en profundidad la obra de Sánchez Vázquez. Esto es fundamental ya que se distancian de la mera divulgación superficial y anecdótica para regalarnos un libro de alta reflexión teórica. Lo más relevante es que nos presentan una lectura actual de este autor. Nos invitan a repensar en función de la realidad actual en que vivimos, marcada por el predominio de una nueva tecnocracia neoliberal.
Y ya que José Sarrión está aquí con nosotros, resulta necesario decir algo sobre él. Ustedes querrán saber primero quién es. Él es profesor de la Universidad de Salamanca y de la Fundación de Investigaciones Marxistas de Madrid. Su docencia e investigación están ligadas a su práctica política como militante en el Partido Comunista (PC). ¿Y qué dice José Sarrión de Sánchez Vázquez? En su capítulo —que abre el libro— dice que es “el pensador de habla hispana más relevante de la izquierda” (p. 15). Hace resaltar la filosofía de la praxis con base en el pensamiento de Lenin. También acierta al vincular estrechamente la obra de Sánchez Vázquez con la de Antonio Gramsci, especialmente en el modo de concebir la unidad de la estrategia y la táctica. Se trata de transformar el mundo, de la construcción de un nuevo bloque histórico con su propia hegemonía.
Bueno, eso es lo que primeramente quería yo decir, algo que me parece que era indispensable para comprender el esfuerzo de reunir en un libro una gran cantidad de trabajos con cierto orden y una clara perspectiva política y filosófica muy de acuerdo con lo más genuino del pensamiento de Sánchez Vázquez.
Es verdad que predominan los ensayos sobre arte y estética (en total diez). Se extraña que no haya algunos que hablen de su concepción de la ética. Hay sólo uno sobre su teoría pedagógica. Los que se refieren a su teoría política y filosófica son ocho. Esto no disminuye el valor del libro. Es importante prestarle toda nuestra atención y comentarlo para valorar aquello que nos aporta, pero sin ocultar sus debilidades. Por ejemplo, Renzo Llorente se refiere a su relación con el pensamiento latinoamericano, con Mariátegui, el Che y la Revolución cubana. Echamos en falta más información, ya que brilla por su ausencia la relación de Sánchez Vázquez con los zapatistas, con los movimientos estudiantiles del 68 y del 99. En el 68 estuvo al lado de José Revueltas. En el 99 tuvo una participación política activa con una propuesta elaborada con un grupo de profesores eméritos llamando al diálogo y la negociación para evitar la violencia. En cuanto a su relación con la revolución sandinista no dice nada, ni de la revolución zapatista y tampoco de sus viajes por los países latinoamericanos como Perú, Brasil, Argentina, etc. En estos países no se limitó a impartir cursos, seminarios y conferencias, sino que abarcó muchos diálogos fructíferos con importantes pensadores y luchadores sociales como Adolfo Gilly (para quien pido ahora un minuto de silencio por su reciente fallecimiento).
La relación de Sanchez Vázquez con el pensamiento latinoamericano no se reduce a lecturas de libros de autores pasados, sino que comprende su esfuerzo por contribuir al pensamiento marxista latinoamericano con un enfoque filosófico personal, propio. Dicho con otras palabras, su vinculación fundamental con este marxismo hay que entenderla como una amplia reflexión sobre nuestros grandes problemas sociales y cómo transformarlos en una dirección socialista, pero en el sentido de construir un bloque histórico hegemónico.
Francisco Sierra señala cómo el legado intelectual de Sánchez Vázquez está sirviendo para pensar y enfrentar los nuevos problemas de la modernidad en el contexto de la globalización neoliberal y de la “era neobarroca”. Si en lo que toca a lo estético las nuevas tecnologías han modificado las formas de recepción, también en la esfera de la política hay cambios que se deben reflexionar. La praxis política tiene que modificarse en la medida en que aparecen nuevas formas de dominación como los algoritmos y la inteligencia artificial. Para hacer frente a las grandes empresas que controlan el ciberespacio hace falta la creación de redes sociales alternativas (como Rebelión).
En conclusión, me parece que la importancia del libro que estamos presentando consiste principalmente en que, además de ofrecernos una invitación para releer a Sánchez Vázquez, nos plantea la necesidad de abrirnos a la reflexión de nuevos temas como la situación de la estética y de la praxis política en el contexto de la pospandemia, en la era neobarroca y del fin del capitalismo neoliberal. La nueva normalidad no tiene que significar únicamente una vuelta a la situación de predominio de la lógica capitalista. La lucha sigue: ¡Viva Sánchez Vázquez!
