Crónica

Selene Aldana Santana y Amada Vollbert Romero

  1. De las luchas feministas en las calles a la investigación académica

Quienes escribimos somos coordinadoras del Círculo de lectura Las marxistas reloaded, donde leemos y discutimos la obra de Clara Zetkin, Rosa Luxemburgo y Alexandra Kollontai sobre “la cuestión femenina”. La historia de este círculo nos lleva a 2019 a un proyecto de intervención educativa desarrollado en la Facultad de Ciencias Políticas y Sociales de la UNAM dirigido a promover la inclusión del estudio de teóricas en la enseñanza de la Sociología. Aunque en realidad, para hablar de ese proyecto, hay que irnos unos años más atrás, ya que forma parte de un contexto más amplio en el que están involucrados nuestra geografía latinoamericana, nuestro país y nuestra universidad: un contexto de crisis de violencia de género y de revigorización de los movimientos feministas. Esta es nuestra historia.

Es 2016 y las aulas de la FCPyS se encuentran agitadas por la desaparición de los 43 de Ayotzinapa, perpetrada apenas dos años atrás, así como por la resistencia del magisterio frente a la mal llamada “reforma educativa” que desde 2012 trata de imponer el gobierno de Peña Nieto. Además, se comienzan a sentir los vientos de una nueva lucha, o quizás no tan nueva. La palabra feminismo está cada vez más presente en las clases, en las conversaciones de pasillo y en la convivencia con las amigas. También lo está otra antes desconocida y profundamente perturbadora: feminicidio. El gobierno actual se llena la boca diciendo que son los primeros en hablar del tema, pero sabemos que no es así. Mucho antes, Marcela Lagarde y otras se quebraron la cabeza construyendo el concepto para nombrar, entender y tipificar la gran cantidad de casos de mujeres asesinadas en Ciudad Juárez desde la década de 1990.

Es abril y las redes sociales se inundan del hashtag #miprimeracoso. Impresionan las similitudes que encontramos entre nuestras historias, así como la temprana edad en que muchas ocurrieron. En la UNAM comienzan las manifestaciones exigiendo condiciones mínimas para que las mujeres habitemos una universidad libre de violencia. Aunque hemos roto el silencio sobre las violencias que nos atraviesan, éstas no paran. De hecho, en la FCPyS parece que se ha declarado la guerra contra las mujeres. Primero viene la fase en que compañeras son fotografiadas o agredidas físicamente en los baños. Entonces llegarán los botones de emergencia, el Protocolo para la atención de casos de violencia de género en la UNAM, y con éste la proliferación de denuncias formales y en redes sociales; primero contra profesores acosadores, luego contra compañeros estudiantes. Poco a poco, los tendederos de denuncias y los escraches se vuelven relevantes métodos de autodefensa, y cada vez son más los espacios que se plantean como separatistas. Muchas amistades terminan e incluso hay personas a quienes está prohibido hablar. En medio de todo aquello los cuestionamientos emergen: ¿es esto un proceso necesario?, ¿por qué es tan doloroso?, ¿está ayudando a nuestra sanación como mujeres y como comunidad?, ¿es verdad que se tratan de métodos punitivos?, ¿qué significa eso?, ¿hay otra forma de hacerlo?…

En 2017 se realiza el Primer Paro Internacional de Mujeres para visibilizar la enorme cantidad impaga de trabajo de cuidados que las mujeres hacemos cotidianamente. Pero cuando creíamos que ganábamos poder como nunca antes, ¡zaz!, fuimos sacudidas por un golpe de realidad: el 3 de mayo de 2017, en las instalaciones de Ciudad Universitaria fue encontrado sin vida el cuerpo de Lesvy Berlín Osorio. En un burdo intento más de imponer una “verdad histórica” desde el poder, en un principio, los medios de comunicación comerciales y las autoridades univeristarias manejan la versión del suicidio. Por supuesto, ninguna en la universidad nos compramos ese cuento. El feminicidio de Lesvy dinamizaría al movimiento feminista universitario porque trajo consigo una proliferación de colectivas, que ya comenzaban a conformarse desde finales de 2016. En nuestra facultad, entre otras, se formaron la Colectiva Feminista de la NO-FCPyS y Las Mujeres Organizadas de la FCPyS.

Para 2018 el movimiento de la Marea Verde, iniciada en Argentina, está en uno de sus puntos más álgidos en la Ciudad de México, única entidad del país en que el aborto se había despenalizado. Aun con la identificación de objetivos comunes, ya se evidenciaban las diferencias entre mujeres al interior del movimiento. Opiniones clasistas y racistas que se colaban en los espacios feministas en torno a temáticas como el trabajo del hogar, el trabajo sexual o el aborto exponían las diferencias entre mujeres de las clases populares y de las clases acomodadas, entre mujeres racializadas y blancas, o entre mujeres indígenas y de la ciudad. No éramos iguales porque nuestras condiciones materiales de vida nos hacen diferentes. 

En marzo de ese año, a la voz de #LaUNAMencubrevioladores, se realizan los primeros paros feminista en la UNAM. Inicialmente, en la FFyL, seguido por la FCPyS. Se generará una profunda crítica a todo el aparato institucional de la universidad, a sus mecanismos para prevenir y atender los casos de violencia de género, sus condiciones de seguridad, sus canales de toma de decisiones, etc. 

Las manifestaciones, protestas, pintas y performances que ocurrían en las calles tenían su correlato en los pasillos y salones de clase de la FCPyS, donde cada vez había mayores cuestionamientos en torno al diseño curricular de nuestras carreras, y sobre todo un malestar frente al currículum nulo (Debia, 2019); esto es, a sus silencios y exclusiones por las que se han borrado (Lengermann y Niebrugge, 2007) las contribuciones de las mujeres y de sus luchas al conocimiento institucionalmente legitimado en las universidades. ¿De verdad no existían sociólogas, tal como sugerían nuestros Planes de Estudio?, ¿ninguna mujer había escrito teoría social relevante? Este malestar pasó a la praxis cuando se fueron ensayando ejercicios de círculos de lectura autogestivos. Estábamos decididas a formarnos autodidácticamente y entre amigas en esos valiosos saberes que los Planes de Estudio nos habían robado. 

En 2019 estas inquietudes se canalizarían en el proyecto de intervención educativa La participación femenina en la Sociología, enmarcado en el “Programa de Apoyo a Proyectos para la Innovación y Mejoramiento de la Enseñanza” (PAPIME) de la UNAM -o PAPIMA como nosotras le decimos cariñosamente-. En él hemos estudiado a las sociólogas clásicas con el objetivo de proponer una forma de incluirlas en el Plan de Estudios de la Licenciatura en Sociología de nuestra facultad. Este proyecto tuvo un punto de culminación con la reciente publicación del Cuaderno de Trabajo La participación femenina en la Sociología Clásica (Aldana et al, 2021). Así que las luchas de las mujeres de los últimos años se han expresado en los salones de clase de sociología de nuestra facultad en un ímpetu por una reconstrucción feminista de la disciplina que simultáneamente está teniendo lugar en diversas geografías. 

Envueltas en todo este contexto, y en el marco de la PAPIMA, a lo largo de 2021, Amada elabora su tesis de licenciatura, asesorada por Selene, en la que explora la posición de Clara Zetkin, de Rosa Luxemburgo y de Aleksandra Kollontai sobre “la cuestión femenina”. Esta apasionante investigación nos hizo revalorar y destacar a las pensadoras marxistas que en la primera edición de nuestro proyecto estudiamos junto con otras sociólogas clásicas de tendencia ideológica liberal.  

  1. La metamorfosis de investigación académica en Círculo de lectura autogestivo 

Lo que descubrimos en la elaboración de la tesis lo teníamos que compartir, solas no sabíamos qué hacer con tanta hermosura. Traspasamos la modalidad tesis -que casi siempre es un formato individual y hasta solitario- a un formato necesariamente colectivo como lo es un Círculo de lectura. Nos aventuramos en esa metamorfosis, porque pensamos que es necesario ensayar una forma distinta de socialización del pensamiento marxista, ya que incluso los espacios militantes de izquierda los encontramos cruzados por tendencias patriarcales. No es gratuito el reclamo contenido en la etiqueta “machos de izquierda”, para referir a compañeros que aunque militan en organizaciones progresistas, tienen formación teórica, experiencia militante y se asumen como aliados de los grupos oprimidos, mantienen prácticas misóginas. Asimismo advertimos tendencias perniciosas en los grupos de estudio marxistas, que en lugar de priorizar el uso del saber para impulsar la praxis política revolucionaria en nuestra propia realidad, a menudo manejan el conocimiento sobre autores como Marx, Lenin y Trotsky en términos competitivos y despolitizados  de demostración de erudición individual, casi como un ejercicio de gimnasia intelectual para descifrar la versión última y definitiva de lo que verdaderamente quiso decir Marx.  

Por su parte, en nuestra facultad constatamos la masculinización de la planta docente de los cursos de marxismo clásico y de Teoría Crítica. Las pocas profesoras jóvenes que en los últimos años hemos dado esas asignaturas hemos llegado a experimentar cuestionamientos sistemáticos por estudiantes varones en un tono confrontativo que no es usual en otras materias. En la otra cara de la misma moneda, en sus participaciones en clase, nuestras alumnas reiteran que el entendimiento de la teoría marxista les parece particularmente difícil. Entonces, ¿cómo mostrar al movimiento feminista universitario que la perspectiva de clase resulta esencial cuando parece que intencionalmente se ha hecho inaccesible este enfoque a sus participantes? 

A pesar de tratarse de un pensamiento crítico, en la tradición marxista que se reproduce cotidianamente en los espacios educativos y militantes, las mujeres aparecemos como “intrusas” (Buquet, 2013), coladas, sentadas a la orilla del asiento (Amorós, 1994), como  participantes “de segunda”, o “de chocolate”. 

Con el Círculo de lectura queremos contribuir a subvertir esa tendencia haciendo el aparato crítico del marxismo accesible, no sólo a las universitarias, sino a cualquier persona interesada, a través de espacios de construcción colectiva de conocimiento desde una posición de humildad, donde nos sintamos libres de expresar dudas, disensos, inconformidades y nuestros senti-pensares en torno a la tradición marxista y sus temas de abordaje.

 Le nombramos Las marxistas reloaded porque en 2019 ya habíamos tenido un primer seminario donde leímos a  Clara y Rosa, pero en 2022 después de haber hecho una tesis, teníamos más completo el panorama sobre el tema. Además, por supuesto, queríamos hacer alusión a la saga de Matrix y su metáfora de que sentirse conforme con esta sociedad es como estar conectadx al sistema y dormidx, sugiriendo que acercarnos a la teoría crítica marxista es como elegir la píldora roja que nos ayudará a despertar y a liberarnos tras dinamitar al sistema.

Después de dos proyectos con financiamiento institucional, en 2022 decidimos continuar trabajando como un Círculo de lectura autogestivo por varias razones. Primero, necesitábamos un respiro de la desgastante y kafkiana maquinaria burocrática de la UNAM que exige informes engorrosos, que se gestiona a través de ininteligibles plataformas electrónicas, que rechaza reembolsos por tecnicismos nimios y que retrasa pagos a las becarias hasta por 6 meses. Segundo, nos decepcionó experimentar el paradójico desprecio que hay en la academia hacia la docencia, como lo muestra el hecho de que en la UNAM los proyectos de investigación para la mejora de la enseñanza son los que reciben menor financiamiento y periodos de duración más breves. Tercero, porque no nos pasan inadvertidas las contradicciones de desarrollar un proyecto feminista dentro de una institución patriarcal como la universidad que nos termina evaluando con criterios masculinos. Sin embargo, sí que seguimos ocupando algunos espacios universitarios porque creemos que la universidad también es un terreno a disputar. 

Desde que publicamos en redes sociales el cartelito de nuestro Círculo, despertó mucho interés y comentarios positivos. Recibimos decenas de correos pidiendo informes y ser inscritxs. ¡En la primera sesión fuimos más de 80 asistentes! No es que nuestros seminarios anteriores no hubieran sido acogidos con entusiasmo, pero esta vez era evidente que se levantaban pasiones más intensas. Parece que desde el principio queríamos aprender no sólo de feminismo, sino de un feminismo anti-capitalista y anti-sistémico que encontramos en las pensadoras marxistas. En el Círculo hemos convergido estudiantxs de licenciatura a doctorado, profesoras adjuntas y titulares de sociología, pero también de otras ciencias sociales, de Filosofía, de Letras, de artes y hasta de ciencias físico-matemáticas; de otras instancias de la UNAM, como FES Aragón; de otras escuelas del país, como la UAEMEX y de otros países como España y Colombia. Hemos sentido toda la potencia del feminismo y del marxismo para tejer redes interdisciplinares, intergeneracionales e internacionalistas, que también han significado puentes entre el activismo y la academia feministas. Aunque es un espacio que convocamos como mixto, la participación ha sido muy mayoritariamente femenina. Cuando más compas vatos entiendan que esta es parte de la chamba que a ellos también les toca hacer nos encantará recibirles en nuestro espacio.

Cartel del Círculo de Lectura Las marxistas reloaded. Cortesía de las autoras.

La buena recepción que hemos encontrado entre compañeras de distintas disciplinas, escuelas y geografías nos lleva a afirmar parafraseando al Manifiesto Comunista (2001) que una bruja rojilla recorre América Latina, refiriéndonos con ello al ímpetu de ese feminismo anti-capitalista. No evocamos un fantasma como lo hicieron Marx y Engels sino a una bruja, por ser una figura que el feminismo contemporáneo se ha interesado por analizar, reinterpretar y reivindicar, como lo ha hecho la mismísima Silvia Federici.

En las sesiones hemos comenzado contextualizando, en el Imperio Alemán de fines del siglo XIX y principios del XX, la discusión acerca de la cuestión femenina entre los grupos participantes de la Internacional. Como punto de partida, hemos revisado la postura y los silencios del propio Marx acerca de la situación de las mujeres en el capitalismo y sobre el papel del trabajo femenino en el mismo (Federici, 2017). Posteriormente pasamos a los planteamientos de Friedrich Engels (2006) y August Bebel (2018) al respecto, por ser autores fundamentales en el establecimiento de la postura que mantendría el Partido Socialdemócrata Alemán en la II Internacional. Después de conocer las bases de la posición marxista clásica sobre la cuestión femenina, entramos de lleno a las protagonistas de nuestro círculo: la Zetkin, la Luxemburgo y la Kollontai, leyendo textos clave para entender sus contribuciones. 

En las autoras, de entrada, hemos encontrado, el clásico análisis marxista basado en el materialismo histórico, que afirma que la situación de las mujeres depende del papel que ocupan en cada modo de producción. En el capitalista, las mujeres de la clase desposeída son arrojadas a la explotación en la fábrica, debido a que los bienes que antes elaboraban en sus hogares, son producidos industrialmente y adquiridos a cambio de dinero, volviendo estéril el trabajo femenino en el hogar. La experiencia de las mujeres obreras en el capitalismo está marcada por la brecha salarial y por la doble jornada, que nuestras autoras ya identifican y caracterizan. Sin embargo, consideran que la proletarización de las mujeres trae consigo el efecto benéfico para ellas mismas de la independencia económica y de colocarlas, codo a codo con sus compañeros obreros, en la arena de la lucha de clases que destruirá el capitalismo.

Además de este diagnóstico compartido, cada autora tiene sus contribuciones particulares y especiales que hemos ido descubriendo. En Clara Zetkin (2019) encontramos una caracterización de la situación de las mujeres en el capitalismo diferenciada dependiendo de la clase social a la que éstas pertenecen, así como su decidida posición frente al  feminismo burgués de su época, condensada en el título mismo de su texto “Separación Tajante” (2016). En la recuperación de Rosa Luxemburgo enfatizamos la parte de su pensamiento con la que más nos identificamos como mujeres latinoamericanas:  su “adopción del punto de vista de las víctimas de la modernización capitalista” (Löwy en Ouviña, 2020:  180); su enfoque de la naturaleza como ente oprimida; su crítica al colonialismo y su consecuente propuesta de un internacionalismo diverso y anti-colonialista (Luxemburgo, 2015). De Aleksandra Kollontai (1978) retomamos sus planteamientos sobre el amor y la sexualidad, que nos conducen a temas contemporáneos como las críticas al amor romántico y al poliamor.

Hemos aderezado nuestro Círculo de lectura con dos películas proyectadas en forma de cineclub: Miss Marx, de Susanna Nicchiarelli, que muestra la vida de Eleanor Marx, hija de Karl y relevante analista de la cuestión femenina; y Rosa Luxemburgo, de Margarethe von Trotta. Ambas cintas ofrecen excelentes reconstrucciones de los contextos en que aquellas generaciones de comunistas se desenvolvieron. Las epistemologías feministas, que precisamente recuperan elementos centrales del marxismo, nos han enseñado que los análisis sociales que hacemos son siempre situados desde nuestra experiencia y condiciones de vida (Araiza, 2017); así que junto con el descubrimiento de sus postulados teóricos, nos ha parecido de primera importancia conocer el contexto social, político e intelectual que envolvió la escritura de nuestras autoras.  

  1. Del Círculo de lectura autogestivo a la construcción de una academia feminista y anticapitalista

Ser congruentes con los temas y los enfoques en que nos movemos nos compromete a intentar una academia feminista, anticapitalista y encorazonada -no puramente racionalista-, anti-autoritaria y anti-jerárquica (en este caso, en un espacio coordinado codo a codo por tesista y asesora), basada en el apoyo mutuo en lugar de la competencia, hecha entre amigas, políticamente compormetida, que dice NO al academicismo lejano de las exigencias, necesidades e intereses de lxs estudiantes y las poblaciones; que reoconozca la importancia de recuperar saberes extra-universitarios y géneros de escritura “no canónicos” como  poesía, cuentos, novelas, trabajos periodísticos, manifiestos políticos, ensayos, cartas, biografías, fanzines o expresiones de la cultura popular. 

La academia feminista que queremos reivindica la importancia de la tradición oral poniendo en el centro la socialización de los avances de investigación, la docencia no autoritaria y los espacios de encuentro. Por eso, reconocemos en  los círculos de lectura un frente más del feminismo universitario, con el potencial para conformarse en redes de apoyo intelectual y emocional que tejemos en el curso de la reconstrucción de nuestras genealogías, de la recuperación de nuestras ancestras y de las herramientas teóricas y prácticas que nos han legado para entender y subvertir las violencias que nos atraviesan hoy en día.


Queremos ser más. Si te interesa unirte a nuestro Círculo de lectura, escríbenos a papimeparticipacionfemenina@gmail.com

¡El marxismo será para todas, todxs, todos o no será!


Algunas participantes del Círculo de Lectura. Cortesía de las autoras.

Referencias

Aldana, Selene., Crisóstomo, Mariana., Moreno, Itzuri., Vázquez, Katya., y Vollbert, Amada. (2021). La participación femenina en el periodo fundacional de la Sociología. FCPyS-UNAM, México.

Amorós, Celia. (1994). Feminismo, Igualdad y Diferencias. Col. Libros del PUEG, UNAM, México

Araiza, Alejandra. (2017). Ciencia, subjetividad y poder, Universidad Autónoma del Estado de Hidalgo

Bebel, August. (2018). La mujer y el socialismo. España: Ediciones Akal.

Buquet, Ana., Cooper, Jennifer., Mingo, Araceli. y Moreno, Hortensia. (2013). Intrusas en la universidad. UNAM. México.

Debia, Eliana. (2019). “Notas sobre violencia de género y enseñanza de la Sociología Clásica en Universidades Nacionales Públicas Argentinas”. En Prácticas y discursos  (número 12).

Engels, Friedrich. (2006). Prefacios. En El origen de la familia, la propiedad privada y el Estado. Madrid: Fundación Federico Engels.

Federici, Silvia. (2017). Notas sobre género en El capital de Marx. Viento Sur.

Kollontai, Alexandra. (1978). Autobiografía de una mujer emancipada y La juventud y la moral sexual. En Autobiografía de una mujer emancipada. Fontamara.

Lengermann, Patricia. y Niebrugge, Gillian. (2007). The women founders. Waveland, Illinois.

Luxemburgo, Rosa. (2015). Introducción a la economía política. Siglo XXI.

Marx, Karl. y Engels, Friedrich. (2001). Manifiesto del Partido Comunista, Quinto Sol, México.

Ouviña, Hernán. (2020). Mujeres, pueblos indígenas y naturaleza en la reproducción de la vida. En Rosa Luxemburgo y la reinvención de la política (Pp. 159-185). Bajo Tierra Ediciones. 

Zetkin, Clara. (2016) “Separación tajante”. En Frencia, Cinthia. y Gaido, Daniel. El marxismo y la liberación de las mujeres trabajadoras: de la Internacional de Mujeres Socialistas a la Revolución Rusa. Ariadna Universitaria.

_____ (2019). Sólo con la mujer proletaria triunfará el socialismo. En Oscar De Pablo (comp.) Su Hogar es el Mundo Entero. Brigada cultural.