Este texto fue publicado originalmente en SinPermiso, el 27 de agosto de 2023.
La inmensa mayoría de la sociedad lo vio y ha sentenciado: Jenni Hermoso fue víctima de violencia sexual a manos del entonces (hoy suspendido) presidente de la Real Federación Española de Fútbol (RFEF), Luis Rubiales, cuando recogía el premio que la acreditaba, junto a sus 22 compañeras, como campeonas del mundo.
No hubo beso, ni nada que se le parezca; sólo un hombre machista, uno más, que se cree con el derecho a acceder, cuando le apetezca, al cuerpo de sus subordinadas. ¡Qué importa lo que piensen ellas! Ya está él y las decenas de miles que, como él, en los trabajos, centros de estudio, discotecas, gimnasios o cualquier otro espacio interpretan las voluntades de las mujeres desde su posición de poder. Qué “tío” no lo ha vivido; qué mujer no lo ha sufrido. Pero #SeAcabó. La ley Orgánica de Garantía Integral de la Libertad Sexual (la del sí es sí)[1] establece que la libertad sexual es un derecho y que cualquier acto de este carácter no consentido representa violencia.
Rubiales ha buscado sus argumentos en la caverna del PP y Vox, en todos aquellos que atacan esa ley, y en las opiniones de los “cuñaos” de todo tipo. En la sandez de un supuesto “falso feminismo” en el que se escudan quienes niegan la violencia de género, la profunda desigualdad en la que se basa y el machismo que la alimenta. Los resultados de las elecciones municipales y autonómicas y la campaña contra la ley del “sí es sí” les subieron los ánimos, pero el acto de violencia contra Jenni ha vuelto todo a su sitio. Es decir, a la desigualdad y la opresión machista y patriarcal.
La ley constituye una herramienta esencial y el Ministerio de Igualdad un instrumento clave que hay que reforzar con medios técnicos, humanos y económicos. Una norma que, recordemos, el PP y Vox quieren derogar y que es constantemente denostada por importantes sectores de la judicatura o la policía y por la que Irene Montero no ha dejado de ser acosada y vilipendiada.
Las mujeres que ganaron el mundial de fútbol ya han dicho que no volverán a vestir la elástica de la selección mientras las cosas no cambien. Su unidad y sus comunicados ante la agresión, la actividad del sindicato FUT-pro, las concentraciones a las puertas de la Federación, la solidaridad en las redes sociales, en la prensa o en los campos de fútbol de todo el mundo con brazaletes y pulseras representan otro ejemplo de rechazo al machismo. Es su lucha la que ha forzado a clubes y remisas empresas a tener que desmarcarse de Rubiales; ¡hasta la toda poderosa FIFA (la del mundial de Qatar) ha decretado la suspensión de Rubiales por 90 días de sus cargos!
La Federación
La pregunta de cómo era posible que Rubiales siguiera en su puesto tras su acto violento desató todo un debate que poco a poco ha ido perdiendo un foco que debe recuperarse si se quiere que actos así no vuelvan a ocurrir. Las grandes federaciones deportivas no constituyen espacios democráticos destinados a potenciar el deporte y la salud, en el que las personas federadas participan plenamente. Al contrario, son núcleos que manejan presupuestos millonarios en manos de un puñado de personas que, en su mayoría, tienen el jaez de Rubiales.
En el marco neoliberal que nos domina, en el que el mercado (las empresas) y su lógica de beneficio roban cada vez más espacio de decisión y control a la sociedad, las federaciones no son isla aparte. Al revés, ensanchan esa tiranía. Las federaciones tienen delegadas funciones propias de la política pública. Esta “cesión”, base para el negocio de quienes las controlan, lastran la aplicación de estrategias imprescindibles para, por ejemplo, avanzar en igualdad, pero también en inclusión, universalización de medios, el acceso a la actividad deportiva y la vinculación de todo ello con la salud, etc.
Sin cambiar las federaciones, sin recuperar por parte de la sociedad el pleno control de esos instrumentos y que sea la voluntad de la mayoría y no la de los mandarines que las controlan la que se imponga, no será posible que lo que ahora vemos con repulsión y asco, y muchos hombres con vergüenza, no se repita.
Mientras todos esos cambios legales llegan y las movilizaciones que los permitirán se continúan fraguando, no olvidemos las lecciones de estos días intensos en emoción: la lucha de las mujeres es la que empuja a toda la sociedad, a la FIFA, al gobierno, al Consejo Superior de Deportes (CDS), a los jugadores de fútbol de Cádiz o Sevilla. Es su lucha la que nos ayuda sobremanera a avanzar en igualdad y combatir el machismo.
Notas
[1] Nota de la editora: El objetivo de esta ley, vigente desde el 7 de octubre de 2022, “es la garantía y protección integral del derecho a la libertad sexual y la erradicación de todas las violencias sexuales”, así como “la atención integral inmediata y recuperación en todos los ámbitos en los que se desarrolla la vida de las mujeres, niñas, niños y adolescentes, en tanto víctimas principales de todas las formas de violencia sexual”.
Foto de cabecera: Jenni Hermoso, jugando con el Atlético de Madrid, 2018. Foto: Alejandro Reguero, Wikipedia Commons.
Carlos Girbau es Concejal de Más Madrid en Ciempozuelos y amigo de SinPermiso.