Romero Escalante, Víctor (ed.) (2021). Marxismo y derecho. Obras escogidas. México: Ladrones de leña. Descarga libre aquí.


Para entender los porqués de cualquier libro es indispensable, aunque sea de forma breve, analizar el contexto social y político en que se escribió. En este sentido, debemos recordar que en los últimos años el mundo se ha visto cruzado por la recesión capitalista, la pandemia de COVID-19, la lucha de clases, las derrotas de los sindicatos, etc. Hay libros que llegan en buen momento por diversas razones. Nos parece que Marxismo y derecho. Obras escogidas, editado este año por Víctor Romero bajo el sello de Ladrones de Leña, tiene este curioso honor, pues a medida que la condición del pueblo trabajador va empeorando, se hace necesaria una alternativa, primero para explicar qué está pasando en el mundo y segundo para actuar en consecuencia. De tal suerte que, pese a lo que muchos piensan, el marxismo tiene aún mucho que decirnos. Además, hay que anotar que la aparición de un sello editorial en estas condiciones adversas, pandémicas y sociales, hacen de esta primera publicación un acto sumamente loable. 

En relación con el problema anterior, sigue ocurriendo un abandono del marxismo o, por lo menos, de parte del marxismo que no encuadra con el discurso social y académico dominante, pues en muchos casos sólo se rescatan los conceptos más generales de Marx y se les presenta de manera abstracta, mientras se silencian otros, como lucha de clases, formas de organización, revolución, etc. Esto es así porque el marxismo como sistema de pensamiento es quizá uno de los más potentes, no sólo por su solidez conceptual sino porque su marca de origen fue cambiar el mundo. Por ende, parte del discurso dominante sólo rescata la parte más general, transformándose en una caricatura, omitiendo la aplicación práctica, pues esta última sólo puede ser la revolución.

En el caso de la teoría del derecho sucede lo mismo. La mayoría de las reflexiones giran en torno a las normas del mismo sistema jurídico, por lo que ofrecer nuevas soluciones se vuelve casi imposible. Incluso las visiones que privilegian los derechos humanos y sociales chocan con una pared infranqueable de las reglas del sistema, convirtiendo muchas de las elaboraciones únicamente en buenos deseos. Por supuesto, no negamos que el derecho en general y el de los derechos humanos en particular puedan ser herramientas útiles de lucha para reivindicar las conquistas y necesidades de las mayorías, por ende, deben ser usados para obtener victorias. Creer que a partir del derecho es posible cambiar el mundo de raíz significa no ver los límites estructurales de las normas jurídicas.

Sobre el contenido del libro se puede apuntar que la primera sección presenta cuatro artículos que desarrollan diversas problemáticas. El primero estuvo a cargo del investigador brasileño Ricardo Prestes Pazello, en el cual el autor nos relata la historia de la relación entre marxismo y derecho en Brasil, lo cual permite a los lectores darse una idea de la riqueza de la tradición marxista jurídica en ese país sudamericano. El mapa que traza recuerda las diferentes perspectivas a partir de las que ha sido analizado el derecho desde el marxismo. 

Luego encontramos el texto del sociólogo mexicano Rafael Romero, que trata sobre la desaparición forzada de los normalistas de Ayotzinapa y en el que sostiene la tesis de la responsabilidad del Estado. El artículo invita al lector a recuperar la noción de “verdad” desde la práctica histórica, debatiendo tanto con visiones posmodernas que la niegan, como con la posición del Estado mexicano que trató de imponer su “verdad histórica” vía la legalidad estatal. 

La jurista Alejandra Santamaría ensaya una crítica al garantismo de Luigi Ferrajoli a través de algunas sentencias de la Suprema Corte de Justicia de la Nación. La gran influencia que ha tenido esa teoría jurídica en México generó la necesidad de mostrar sus límites con respecto a la defensa de los derechos de la clase trabajadora. El artículo tiene el enorme mérito de llevar al campo de los abogados, es decir, a las sentencias judiciales, conceptos básicos del marxismo que ponen en crisis profundamente los grandes mitos del poder judicial: su supuesta neutralidad e independencia.

La abogada y socióloga ecuatoriana Sofía Lanchimba, por su parte, analiza en su artículo el papel de lo jurídico en Gramsci, rastreando en las fuentes de este autor la noción de derecho, tomando como puntos de referencia el Estado y el concepto clave de hegemonía. De esa manera, la autora recuerda que el derecho no sólo tiene una función coactiva, sino también forma parte del Estado en su función educadora e integradora de los subalternos, de tal manera que contribuye a que éstos se sumen a la ideología de las clases dominantes.

La segunda sección del libro se encuentra integrada por cuatro “obras escogidas” del jurista soviético Evgeny Pashukanis, redactadas entre 1921 y 1927. Estas son una primicia para la crítica marxista del derecho en nuestra región porque eran, hasta ahora, escritos que no se encontraban traducidos al castellano. En este sentido, hay que subrayar la generosidad de los traductores: Eduardo Rojas, Sergio Tapia Argüello y Víctor Romero Escalante. Estos textos proponen debatir con las teorías jurídicas dominantes del Estado desde la impronta que ganó el marxismo a partir de la Revolución Rusa, demostrando que, en la mayoría de los casos, los juristas de los países capitalistas caen en contradicciones al tratar de conciliar las leyes positivas con la realidad de Estados imperialistas y Estados dependientes o semicoloniales.

De este modo, Pashukanis inauguró una serie de debates con los más grandes juristas de su tiempo, entre ellos, Hans Kelsen. El texto puso en el centro lo falaz que podía resultar el discurso jurídico de la igualdad y libertad entre individuos y Estados-naciones. Empero, por el rumbo que tomaron los acontecimientos históricos (persecución estalinista), las polémicas fueron olvidadas y enterradas, pero a la luz de la situación actual, se vuelven más vigentes que nunca.

La tercera y última sección del libro se dedica a reflexionar sobre la vida y obra de Pashukanis. La importancia de su legado debe ser visto desde una perspectiva político-crítica, que permita recuperar lo más avanzado que ofreció su pensamiento marxista respecto del saber jurídico. Así, contamos con la colaboración del jurista brasileño Márcio Bilharinho Naves, quien nos ofrece un breve pero sustancioso escrito que relata una biografía intelectual de Pashukanis. El libro cierra con un alegato preparado por el profesor mexicano Víctor Romero Escalante, que busca reivindicar las propuestas más significativas del jurista soviético, no para repetirlo dogmáticamente, sino para poner en práctica lo revolucionario de su pensamiento y superarlo cuando fuese necesario. Todo ello en favor de la construcción de un mundo mejor.

En resumen, se puede leer este libro como un esfuerzo fundamental por recuperar la tradición marxista en general y la crítica del derecho en particular. Proporciona elementos muy útiles y necesarios a las nuevas generaciones que buscan encontrar otros argumentos para luchar contra el capitalismo como sistema social. Reciba una especial felicitación el equipo editorial de Ladrones de leña por la aparición de este libro en tiempos difíciles. Esperamos que sea el primero de muchos.