La pandemia originada por el Coronavirus ha demandado que diversos países ejerzan medidas drásticas de contención para evitar el aumento del número de contagios y no saturar los servicios de salud pública, dado que estos podrían ser rebasados si no se controla el aumento de casos, y dado que lamentablemente estos servicios no están en las condiciones más óptimas para atender un virus tan desafiante como el COVID-19. 

Ante la emergencia e incertidumbre que nos provoca este fenómeno y la interrogante permanente de cuál será el desenlace a nivel mundial y concretamente para México, las autoridades sanitarias federales mexicanas han hecho esfuerzos valiosos para informar a la población a través de campañas informativas y conferencias matutinas y vespertinas que se transmiten en las cuentas oficiales de los medios digitales a través de sus redes sociales y televisoras públicas. En ellas se nos informa, principalmente, sobre el número de contagios, decesos y quiénes son las personas más vulnerables que van a requerir hospitalización, lo cual no exenta a personas que no padezcan enfermedades crónicas, pues el virus es impredecible aún en pacientes considerados sanos. 

Frente a un panorama complejo y extremadamente delicado para México, porque tiene un sistema de salud muy precario producto de las administraciones anteriores, estamos en un momento clave frente a la propagación del virus, es decir, para la aplanación de la curva, que significa retrasar y contener la propagación del COVID-19. Bajo esa lógica el Subsecretario de Salud Hugo López-Gatell, epidemiólogo e investigador, ha reiterado diariamente la valiosa oportunidad que tenemos de poder quedarnos en casa (los que sí pueden) y evitar que aumenten las cifras de contagiados para no saturar nuestro sistema de salud pública, si no acatamos esta medida se está poniendo en peligro la vida de millones de mexicanos. La frase #QuedateEnCasa es nuestra oportunidad para evitar cifras dramáticas que se están viviendo en Italia, España y Estados Unidos.

Sin embargo, la responsabilidad informativa no sólo recae en nuestras autoridades sanitarias, también necesitamos que nuestros medios de comunicación sean partícipes de recordar a la población la importancia de quedarse en casa. Sin embargo, no todos los medios de comunicación en México están siendo profesionales y éticos al momento de informar. Tal es el caso de la televisora comercial Tv Azteca que durante la emisión del 17 de abril del noticiario nocturno Hechos bajo la conducción del presentador de noticias Javier Alatorre, quien lleva 26 años al aire, hizo un lamentable y peligroso llamado de no hacerle caso al Subsecretario de Salud el Dr. Hugo López-Gatell. Con esta afirmación puso en duda la veracidad de las cifras del número de decesos que hay en otros estados de la República, las calificó de “irrelevantes”, así como a sus conferencias de prensa.

Su opinión está “fundamentada” en una acusación emitida por el gobernador Javier Bonilla del estado de Baja California y en que, por tal motivo, existe “una pérdida de confianza total” hacia el subsecretario. Cabe aclarar que esta opinión fue retomada por la cuenta oficial de Azteca Noticias en Twitter la cual tiene 636,420 seguidores. El tweet detonó que se convirtiera en Trendic Topic y generó diversos hashtags para expresar el enojo que causó la información difundida por Javier Alatorre #BoicotTVAzteca #FueraTVAzteca #RicardoSalinas (dueño de la televisora) #YoleCreoaLópezGatell son los que sobresalen en el Timeline. 

Si bien estas primeras reacciones ciudadanas en redes sociales son totalmente pertinentes y urgentes para responder en lo inmediato sobre un fenómeno que puede detonar campañas de desinformación por parte del medio, sí es preciso articular esfuerzos apegados a nuestras legislaciones en materia de medios de comunicación, como también de las instancias internacionales para garantizar la libertad de expresión y el derecho a la información. 

En primera habría que recordarles a los medios de comunicación en México que la propia Organización Mundial de la Salud (OMS) a través de la Guía de la OMS para fundamentar y armonizar las medidas nacionales e internacionales de preparación y respuesta ante una pandemia contiene un apartado dedicado a las políticas de comunicación que deben prevalecer cuando enfrentamos un periodo de pandemia de gripe, lo denominan como La gestión de riesgos ante una pandemia de gripe (GRSSE). Al respecto la OMS (2017)  declara lo siguiente: 

Una comunicación eficaz y eficiente a lo largo del proceso continuo de la GRSSE es imprescindible y comprende la diseminación de información dentro del sector sanitario, entre el sector sanitario y otros sectores y, más importante aún, al público.

En la comunicación de riesgos, las autoridades gubernamentales nacionales y locales proporcionan información al público de una manera fácil de entender, puntual, transparente y coordinada, antes, durante y después de una emergencia sanitaria. Los objetivos son lograr que el público confíe y siga confiando en los sistemas de salud locales y nacionales y transmitir expectativas realistas acerca de la capacidad existente en materia de GRSSE. La comunicación de riesgos también fomenta el intercambio eficaz de información y opiniones entre científicos, salubristas y veterinarios, lo cual facilita la evaluación, aplicación y coordinación de las actividades de gestión de riesgos.

(…) La estrategia debe tener en cuenta los aspectos conductuales de cómo la gente reacciona ante la orientación e información que recibe, no solo de las autoridades sino también de fuentes como los medios de comunicación y las redes sociales, y de qué hace con ellas. La comprensión del público de los distintos peligros y riesgos es compleja, depende de las circunstancias y está mediada por factores culturales. Por consiguiente, la participación de la comunidad podría ser beneficiosa a la hora de formular una estrategia de comunicación. (2017)

En ese sentido, la labor “informativa” de Tv Azteca del viernes 17 de abril en nada fomenta lo que la OMS estipula que debe realizarse en tiempos de una pandemia, al contrario, puso en duda e hizo un llamado a no “hacerle caso” a una autoridad federal sanitaria. Por otro lado, retomando nuestra legislación, nosotros como ciudadanos y audiencias que somos, contamos con instrumentos jurídicos adecuados para exigir información oportuna y veraz y esto lo establece el artículo 6° Constitucional al reconocer el Derecho de Réplica y el Derecho de las Audiencias. Nosotros como ciudadanos afectados por alguna información imprecisa por parte del medio podemos ejercer nuestros derechos y para ello contamos con los Lineamientos Generales sobre los Derechos de las Audiencias sustentado en el artículo 2°  que entiende por audiencias: IV Audiencias “Personas que reciben y perciben contenidos audiovisuales provistos a través del Servicio de Radiodifusión y del Servicio de Televisión y/o Audio Restringidos, según corresponda”. 

En los mismos lineamientos también contamos con la figura del defensor quien será la autoridad en donde recae nuestra queja. El defensor es la “Persona por los Concesionarios de Radiodifusión (…) será responsable de recibir, documentar, procesar y dar seguimiento a las observaciones, quejas, sugerencias, peticiones o señalamientos de las Audiencias, y cuya prioridad será hacer valer los derechos de las Audiencias de manera imparcial e independiente, todo ello con base en la Constitución, las leyes, los Lineamientos, los Códigos de Ética y demás disposiciones aplicables”.

Y con base en el artículo 259 de la Ley Federal de Telecomunicaciones y Radiodifusión aprobada en 2014, establece que deben ser públicos los datos del Defensor de las Audiencias del medio de comunicación para que podamos hacer llegar nuestras observaciones y el artículo 7° de la Ley Reglamentaria del Derecho de Réplica establece que: “Los sujetos obligados deberán contar en todo tiempo con un responsable para recibir y resolver sobre las solicitudes de réplica. Los sujetos obligados deberán tener permanentemente en su portal electrónico el nombre completo del responsable, domicilio, código postal, entidad federativa, correo electrónico y teléfono”.

Con base a lo estipulado por nuestras legislaciones, es nuestra responsabilidad como ciudadanos y audiencias exigir a la televisora TvAzteca, es decir, al Defensor de las Audiencias [1] que el presentador de noticias Javier Alatorre ofrezca una disculpa pública por haber hecho un llamado a la sociedad de no hacer caso a las conferencias informativas sobre el COVID-19 por parte de las autoridades sanitarias federales en momentos de pandemia.

Por otro lado, el conflicto desatado entre la televisora Tv-Azteca y el enojo expresado en redes sociales tuvo como consecuencia que la Secretaría de Gobernación emitiera un apercibimiento público a TV Azteca en el que se le apercibe a “manifestar públicamente su respeto a las disposiciones sanitarias contenidas en la Declaratoria de Emergencia Sanitaria, sumándose al frente común convocado por la Secretaría de Salud” dado que la Segob “tiene facultades para vigilar el cumplimiento irrestricto de las transmisiones de radio y televisión, a efecto de que no se violenten los derechos de terceros, con en este caso, el derecho a la Salud, sustentado en el artículo 4° de la Constitución Política de los Estados Unidos Mexicanos”. 

Y durante este fin de semana hemos sido testigos de un inesperado cruce de declaraciones inconsecuentes entre el Presidente y la Secretaría de Gobernación, porque antes de darse a conocer el apercibimiento contra TV Azteca, el Presidente Andrés Manuel López Obrador expresó su opinión sobre las declaraciones del presentador de noticias Javier Alatorre que si bien fue un “error” una actitud “no bien pensada” y que por ser un defensor de la Libertad de Expresión “no debe haber linchamiento político”, minimizó el  hecho, situación que desató molestia entre los ciudadanos que recabaron más de 270 mil firmas en la plataforma Change.org para exigir retirar la concesión a TV-Azteca.

Posteriormente en la conferencia mañanera del día 20 de abril reconoció que dentro de las funciones de la Segob y de otras dependencias era necesario presentar una sanción. Él recomendaba que no hubiera ninguna, por muy irresponsable que ésta sea o se trate de un exceso y que “el pueblo está muy consciente, no hay gente que pueda ser manipulada”. Esta aseveración es muy delicada en primera porque hay una insistencia en minimizar un hecho que es grave y fue señalado por la Segob, la ciudadanía y la propia AMEDI; en segunda, hay un desconocimiento sobre la realidad que impera en diversos estados de la república donde el fenómeno del COVID-19 se le toma con ligereza y la gente insiste en hacer vida “normal” sin los cuidados que a diario se nos indica. Ha habido denuncias ciudadanas para quejarse de vecinos que siguen realizando fiestas al interior de sus domicilios o centros clandestinos o en las calles como en los municipios del Estado de México.

Finalmente, el día 20 de abril en la emisión del noticiario nocturno Hechos, el presentador de noticias Javier Alatorre señaló que no fue su intención desobedecer a las medidas emitidas por el Consejo de Salubridad General, sino que se referían a los datos y cifras presentadas por los gobernadores. Sin embargo, no hubo una disculpa hacia la audiencia, ni al propio Subsecretario de Salud, sólo reconocieron cuáles eran los puntos en desacuerdo.

Frente a todo esto, ¿dónde quedan los Derechos de las Audiencias a exigir un proceso transparente e independiente del Gobierno? Si un ciudadano no estuviera de acuerdo con la respuesta del periodista Javier Alatorre y deseara continuar con una exigencia de disculpa pública que satisfaga la petición o en todo caso insistir en la revocación de la concesión a TV-Azteca, ¿quién va a garantizar que este proceso continúe si el presidente insiste en minimizar e indirectamente interferir en una decisión que no es de su competencia?


[1] Defensoría de las Audiencias de Tv Azteca para exigir una manejo de la información veraz y oportuno sobre la pandemia en México: https://www.tvazteca.com/defensoraudienciatvazteca.html