Querido Quino: desde este triste escritorio….
No, eso es muy deprimente. A ver…
Querido Quino: …………………… ¿Querido Quino qué?
Mejor pensar tranquila esta noche cómo escribir este panegírico…
¡Cómo!… ¿Así que no nos podemos enlaz… ¡Qué desastre está hecha la conexión de internet!
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La UN, a 30 de septiembre de 2020
Querido Quino:
¿Qué ez la muedte? Dátis decuestion. Al principio, me asusté mucho porque cuando oí que “su desaparición priva a la cultura de una de sus más grandes figuras, cuyo arte no olvidaremos jamás”, lo primero que pensé fue: “¡Que no haya muerto el Pájaro Loco!” Beáho, gué heneahión, o hé (“Mecacho, qué generación, lo sé”. Traducido gracias al Diccionario Caramelo-Español/Español-Caramelo que finalmente me vi en la necesidad de escribir).
Alguna vez imaginé que, cuando llegara el momento de despedirnos, tendría que hablar sobre el hondo pesar que causa la desaparición de quien, como tú, supiste granjearte el cariño y afecto de cuantos te conocieron. Que tu fallecimiento dejaría un vacío difícil de llenar en los círculos más diversos, en los que pusiste de manifiesto tu natural nobleza, tu sensibilidad y… ¡Atchíííís! (Beddona, ahoda be da pod apinad pod la nadiz pada no compometedme).
¿Pero qué te digo? Las cosas no van: vienen. Por todos lados oyes a la gente lamentándose que sunescán dalúna búso que nos dejaras; me reclaman mi “famosa igualdad”, porque cómo es posible que ya no estés vivo, como todos, si somos todos tan iguales; que dónde se piden los formularios para la inmortalidad… ¡La pucha! Incluso si les ofrecés pintorescos escapismos de vainilla y pistacho, andan con unas caras, pobres, como si fueran hijos de padres con puestucho de morondanga.
Pero no te preocupes. Les diré a todos que más optimismo, manga de aplastados, que no necesitan muletas para el ánimo porque ahora estás en un planẽte maravilloso, perpetrando el miguelazo on podis pisar li chéspide, asomati ep sacari los brachi per la ventaneta, fixar kartelons per tudos laderes sin censu, girar ala sinestra, zcupetire dans el suelo… y donde mamá te hace atá, upa sin que tengas que tirarla con un carrito, porque es vox populi que de los fantasmas no sabemos, pero que las madres existen, ¡existen, Quino, incluso en forma de comandos paramaternales!
Mantendré a las tías Pacas bajo control para que ningún niño sume puntos contra la Humanidad y podamos conseguirles un buen puesto en la juventud. Les recordaré que tus gabaratos quedan como prueba de todo lo que puede tener adentro un lápiz, que seguiste luchando, aunque ya estuvieras cansado… Y más importante aún, que nunca compraste en almacén Don Manolo a pesar de que los precios fueran bajísimos.
Y si eso no funciona, les explicaré sobre la fatiga de los materiales y cómo a veces uno empieza a ser más joven que su cuerpo… o simplemente les diré que lo único que sabemos es que los pajaritos no precisan escaleras para subir a ninguna parte (¡pavada de maña para desangustiar, porque los queremos consolar, no hacerlos sentir intrascendentes!).
Hasta pronto, amigo mío, podés irte tranquilo. Pensaremos que sólo tuviste que irte del país… como todo el que termina una carrera.
P. S. Ya no me viste, pero quería decirte que hoy, Día de la Traducción y la Interpretación, fue mi primer día de trabajo en la UN, donde ya estoy traduciendo todo lo contrario cuando los embajadores se pelean a distancia (por la pandemia), para que se entiendan mejor y haya paz de una buena vez. Como siempre lo planeamos. ¡Canejo!
Mafalda