Empantanamiento en la Notimex de Sanjuana Martínez

La agencia de noticias del Estado mexicano, Notimex, sufre un episodio muy grave de intolerancia, abuso, cerrazón y hostigamiento desde su dirección general, ocupada por Sanjuana Martínez a partir de marzo de 2019, en contra de sus trabajadores y extrabajadores. El principal afectado por esta situación es el pueblo de México,  aun cuando debería ser el primer beneficiario de una agencia que se sustenta con  contribuciones hacendarias.

El viernes 9 de octubre la agencia inició una campaña de criminalización contra la reportera activa Ingrid Sánchez Pulido, quien trabaja conmigo en la misma sección de Notimex, Internacionales, desde febrero de 2020 y con quien todavía en septiembre colaboré para desarrollar el capítulo cuatro del manual de estilo que echará a andar la agencia en breve. Por desgracia, el suyo no es el único caso de hostigamiento desde la dirección contra trabajadores y extrabajadores. 

No se trata de una anécdota, pues, sino de un problema reiterado durante la gestión de Martínez, quien la mañana del lunes 12 de octubre, mientras Sánchez Pulido sostenía una entrevista con la periodista Carmen Aristegui, por ejemplo, escribió en su cuenta de Twitter: “Si el chayote hablara .…” (sic). Continuando así la agresión contra Sánchez Pulido perpetrada desde la agencia tres días antes, cuando la joven periodista mexicana fue retenida en una habitación de la sede alterna de Notimex, ubicada en África 15, colonia La Concepción, alcaldía Coyoacán, rodeada de mandos —a saber, Agustín Lozano, director editorial; Érick Muñiz, subdirector de la sección Internacional al menos en la letra; Debanhi Coronado, subdirectora de estados; Luis Monroy, líder del Sindicato Independiente de Trabajadores de Notimex (SINotimex), organización gremial evidentemente cercana a Sanjuana; y José Gabriel Martínez, nuestro jefe directo en Internacionales— y sin acompañamiento de su representante legal o de colegas. Ahí, la dirección acusó a Ingrid de elaborar el video que se publicó el 8 de octubre en la cuenta anónima de Twitter @TrabajaNtx. En el material se exhibe que las oficinas alternas estaban plenamente ocupadas por trabajadores activos ese día, a pesar de que hay una huelga reconocida por las autoridades federales y por la propia junta de gobierno de la agencia que ordena suspender actividades hasta la resolución del conflicto. Por si impedir el libre desplazamiento de Ingrid fuera poco, se retuvo su celular personal, que ella misma entregó por indicaciones engañosas, y presumiblemente se intentó extraer información privada del equipo, junto con amenazas de que lo retendrían por al menos 24 horas.

Terminado este episodio, que revela una conducta patética de los directivos, dispuestos a tratar de intervenir el celular de una trabajadora en vez de convocar al diálogo y comprender cualquier objeción que ella y otros puedan tener sobre la actual gestión de Notimex, por si todavía no fuera suficiente, la agencia emitió un comunicado —compartido por Sanjuana desde su cuenta de Twitter, @SanjuanaNotimex— plagado de mentiras donde, por ejemplo, aseguran que Sánchez Pulido sólo trabajó 15 días en Notimex. Personalmente desmiento de manera categórica esta afirmación, dado que como su colega de sección la he visto trabajar de manera continua desde febrero de 2020, cuando se incorporó, y hasta septiembre, al menos, que fue cuando colaboramos durante horas para redactar el capítulo asignado del manual de estilo mencionado. Además, el comunicado sostiene que Sánchez Pulido robó documentos y grabó las instalaciones de África 15 de manera indebida, por lo que la agencia presentó una denuncia ante la Fiscalía General de la República, y exhibe ante la opinión pública el nombre completo de mi compañera, lo que atenta contra su probidad y la difama. 

Todas estas mentiras flagrantes alcanzan una agresividad y un grado de cinismo tales que deberían despertar las alertas ciudadanas sobre cómo está operando la dirección general de Notimex, además de que ameritan una disculpa pública de la agencia por vulnerar de esa forma la integridad de una periodista mexicana, en riesgo de por sí por su condición de mujer en precariedad económica y de comunicadora en un país que atenta contra la vida de los periodistas.

Desde ese viernes la propia Sanjuana ha repartido descalificaciones contra medios y organizaciones que toman parte informativa en el asunto de una manera distinta a la de su narrativa, donde sólo cabe pensar en Sánchez Pulido como criminal o como criminal. “Dejen de difundir mentiras, @karlacasillas20, no son trabajadores en activo, son extrabajadores en huelga. Como periodista tienes la obligación de contrastar la información de buscar las dos partes (sic). Es una carta anónima. Tengan el valor de dar la cara para difundir sus fake news”, escribió por ejemplo luego de que Casillas compartiera un comunicado también publicado en la cuenta anónima @TrabajaNtx donde trabajadores activos reprochan el llamado a incumplir la huelga en condiciones irregulares —mediante jornadas de siete horas diarias de lunes a domingo— y a tuitear diez notas por día producidas en Notimex durante la gestión de Sanjuana, instrucciones dadas ambas en la semana del lunes 5 de octubre. 

Llama la atención la facilidad de conclusión de la directora general de la agencia: ¿cómo supo con tal rapidez que detrás de la cuenta @TrabajaNtx había sí o sí extrabajadores en huelga?, ¿cómo sugiere a Casillas contrastar antes de publicar si ella no hace lo mismo y conduce sus conclusiones inmediatamente, sin indagar qué hay detrás de las críticas que esa cuenta ha hecho sobre su gestión? 

Martínez no sólo descalificó a Casillas en los últimos días. Por el contrario, también arremetió contra el Artículo 19, organización en defensa de la libertad de expresión, al compartir una nota de La Jornada donde presuntamente el SINotimex declara que esa organización hostiga y manipula a trabajadores de la agencia para que hablen mal de la dirección —una afirmación particularmente grave en tanto que implica que los trabajadores de Notimex no son adultos capaces del discernimiento y el ejercicio libre de su criterio, sino una fantasmal masa capitalizable fácil de influir para sembrar mensajes—. 

Y arremetió contra Juan Omar Fierro, reportero del semanario Proceso, al calificarlo de vocero del Sindicato Único de Trabajadores de Notimex (SUTNotimex), la parte en demanda en la huelga, y de poeta que prefiere la ficción a los hechos —en una comprensión medio triste del fenómeno poético, por supuesto, que como el periodismo también suele trabajar con hechos, como afirma la historia de esa área de la literatura. “El poeta Juan Omar Fierro ha demostrado que prefiere la ficción y el activismo sindical”, descalificó también Martínez este domingo 11 de octubre en su cuenta de Twitter.

Asimismo arremetió contra el portal Aristegui Noticias, del que la directora general y funcionaria federal ha hecho mofa en los últimos días al citar y respaldar tuits que ironizan sobre la cobertura que ha hecho del caso ese sitio periodístico.

Al menos.

No obstante estas agresiones, el episodio también implica una defensa colectiva desde distintas organizaciones en favor de la probidad e integridad de Ingrid Sánchez, de acuerdo con un comunicado divulgado por el colectivo Tenemos que hablar (@medios_hablemos), que incluye más de 160 firmas de respaldo en favor de la periodista mexicana, entre otras manifestaciones multitudinarias de apoyo. Sin embargo, el problema pudo haberse ahorrado si, en vez de inculparla de manera automática, en un tiempo no mayor a 120 minutos luego de que se suscitaron los hechos, la dirección se hubiera dado a la tarea de escuchar no sólo a Sánchez Pulido, sino también cualesquiera críticas que se elaboren desde la ciudadanía y desde su base de empleados en torno al desempeño de la actual dirección. ¿Cómo puede preciarse de democrático un espacio laboral de interés público que arremete con herramientas legales, comunicativas, institucionales y narrativas contra quienes osan cuestionar decisiones que, por definición en tanto que públicas, deben ser sometidas al abierto escrutinio ciudadano de manera permanente e irrenunciable? 

Grave, amenazante, desproporcionado, el ataque de Notimex contra Sánchez Pulido —egresada de la licenciatura de estudios latinoamericanos de la Facultad de Filosofía de la UNAM, por cierto—, no es por desgracia el único punto flojo de la tropezada gestión de Martínez al frente de la agencia de noticias. Por el contrario, toda su administración ha estado cargada de irregularidades, como desahuciar las mesas de negociación con prácticas dilatorias y rupturas del diálogo, generar un clima de inestabilidad permanente al interior del espacio laboral por el temor generalizado a sufrir represalias, calificar con plumazos a todos los afiliados del SUTNotimex de corruptos, sin comprometerse a revisar detalles como tiene obligación de hacer el periodismo, y abundar en una narrativa monocromática donde ella aparece como una luchadora incansable contra la corrupción y todo el que no contribuya a ese imaginario como un aliado del pasado descompuesto del país. 

Yo mismo, como reportero activo en la agencia, he tenido que transitar un cuidadoso camino antes de tomar una decisión como la que hay detrás de este texto: firmar las críticas con mi nombre e identificarme debidamente, puesto que he sido advertido de manera constante por mi jefe directo que hacerlo puede acarrear represalias inmediatas en mi contra, como el congelamiento de pagos salariales o un despido injustificado.

Pido sinceramente disculpas a los lectores si es poco clara mi exposición de uno de los diversos eventos irregulares que ha sufrido la agencia en el último año y medio, pero tal vez esta embrollada síntesis permita invitar a pensar que el escenario no es nada sencillo, requiere una participación ciudadana activa para en verdad resolverse, demanda una intervención urgente del gobierno federal para poner un alto a tantos abusos y decisiones caprichosas y calumniantes, y definitivamente es más complejo que una confrontación simple entre un ente de pronto abstracto (aunque tenga referentes tan concretos en la historia reciente de México) como la corrupción y una administradora que se presume su principal combatiente y con el respaldo de los votantes de la llamada Cuarta Transformación. Con frases como “Algunos no quieren aceptar que esto ya cambió”, “Hasta la victoria siempre”, “Son los estertores del monstruo de la corrupción que se niega a morir”, “El combate a la corrupción exige fortaleza, terquedad y perseverancia”, “Escoba y lejía, cloro y desinfectante”, parece que Sanjuana da por canceladas las observaciones a su gestión, las cuales empaquetará en su discurso simplista con pasmante facilidad. 

Mientras deseamos con sincero apetito democrático la reacción del gobierno federal para resolver este atolladero, en lo inmediato es primordial proteger la integridad de la periodista Ingrid Sánchez, cuya credibilidad ya está de hecho siendo dañada desde las acusaciones que emite Notimex en su contra, es decir, impulsadas con la fuerza de instituciones del Estado.

En un país visiblemente peligroso para ejercer el periodismo es al menos intolerable que una agencia de noticias exponga de esa manera a una ciudadana y trabajadora activa. Urge que la ciudadanía demande la resolución del conflicto en Notimex en beneficio de su rearticulación como espacio productor de contenido periodístico de calidad y el cese de estos actos de hostigamiento que vulneran de tal forma a sus trabajadores y, por consiguiente, al pueblo mexicano. 

No sobra subrayar que, como su colega en el ámbito periodístico, doy fe plena de la excelencia intelectual y moral de Sánchez Pulido, por lo que reitero de manera pública mi solidaridad irrenunciable con su caso y su persona.

En cuanto a periodistas que también tomaron la fea determinación de escribir poesía, pido a Sanjuana Martínez encarecidamente que también regañe a la brevedad a plumas disolutas que han contaminado este mundo con sus devaneos de ficción —si es que de verdad Eneas no existió y Palinuro, el responsable de su nave, no se quedó dormido hasta caer por la borda y morir insepulto entre los estómagos del mar—, como las de Alaíde Foppa, Rosario Castellanos, José Martí, Renato Leduc, Manuel Gutiérrez Nájera, Justo Sierra, José Emilio Pacheco y demás gente así.


[1] En la jerga periodística, la voz chayote hace referencia al pago discrecional que fuentes gubernamentales o privadas hacen a periodistas para buscar malear su opinión y objetividad en beneficio de intereses definidos. 
[2] Cuenta de Twitter de la periodista Karla Casillas, con experiencia en El Universal, El Financiero y Vice Español, al menos.

Salir de la versión móvil